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Ciencia, tecnología y agua

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Ciencia, tecnología y agua

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  20 de agosto 2011

Para lograr la planeación y conducción del desarrollo de una nación hacia la sustentabilidad resulta imprescindible, entre otras cosas, contar con una base sólida de conocimiento científico sobre los procesos económicos, sociales y ambientales que rigen la relación sociedad-naturaleza, así como con tecnología moderna, adecuada y accesible para diferentes condiciones. Los países que han asimilado seriamente el compromiso de construir el desarrollo sustentable realizan esfuerzos sustantivos para consolidar sus capacidades científicas y tecnológicas: creación de nuevas instituciones, formación de recursos humanos, inversión de recursos económicos significativos, entre otros. Algunos de estos países son Alemania, Brasil, China y Dinamarca.

En México la investigación científica se ha fortalecido de manera muy notable durante el último siglo, pero, sin duda, también ha padecido la escasez de presupuesto y la falta de voluntad de los gobiernos para impulsar la ciencia como un eje de la política nacional. Por otro lado, una característica del quehacer científico en el país es la insuficiencia de enfoques interdisciplinarios que permitan, desde las distintas áreas del conocimiento, entender y explicar los sistemas complejos que constituyen las relaciones socioambientales.

En este contexto, es alentador conocer la nueva visión del Instituto Mexicano de Tecnología del Agua (IMTA), que en su vigésimo quinto aniversario presenta en un libro titulado Conocimiento e innovación en la gestión sustentable del agua. El IMTA, cuya función es generar, acopiar y diseminar conocimiento para la gestión del recurso hídrico, ha reorganizado su programa en ejes que priorizan los grandes problemas nacionales vinculados con el agua: la gestión integrada del agua, la salud, la producción de alimentos, la pobreza, el medio ambiente, los desastres naturales, el cambio climático, la formación de recursos humanos y la consolidación de capacidades para el conocimiento científico y la innovación.

El IMTA destaca en sus aportaciones para la salud humana con diversas acciones, como por ejemplo, en 1991 su pronta intervención fue clave para detener el brote de cólera. Además, consciente de la dificultad de dotar de servicios de agua potable, desinfección, disposición y tratamiento de aguas residuales a muchas comunidades rurales, sobre todo a las que se encuentran dispersas, el IMTA ha desarrollado una oferta tecnológica para distintas condiciones ambientales y económicas y con materiales accesibles, la cual ha sido implementada exitosamente en diversos estados de la República mediante procesos de organización social y participativos que facilitan la transferencia de las tecnologías, su correcta aplicación y su aceptación por parte de los usuarios.

En materia alimentaria el IMTA ha demostrado la viabilidad de incrementar la producción y productividad de cultivos mejorando los sistemas hidráulicos, lo que a su vez permite optimizar el uso del agua en la agricultura. Destaca el enfoque de género que ha promovido creando la escuela de Género y Agua y elaborando, junto con la Red de Género y Medio Ambiente, la Agenda Azul de las Mujeres.

Entre las aportaciones ambientales realizadas se pueden mencionar el desarrollo de tecnologías para el control biológico de plantas invasoras en los lagos como el lirio acuático; una metodología para medir el caudal ecológico indispensable para el buen funcionamiento de un cuerpo de agua y, por ende, determinar el volumen potencial disponible que puede ser utilizado sin afectarlo; modelos hidrodinámicos de cuerpos de agua prioritarios; detección de metales pesados y de contaminantes emergentes, entre otros. Asimismo, ha contribuido con información y propuestas para la prevención y atención de desastres naturales. Su oportuna intervención en el deslizamiento de tierra en Juan de Grijalva, Chiapas, permitió a la CFE una rápida respuesta para atender el problema. Igualmente significativos son los estudios sobre los efectos del cambio climático en los recursos hídricos del país, y la publicación del Atlas de vulnerabilidad hídrica de México ante el cambio climático es una relevante aportación.

La lista de contribuciones del IMTA en 25 años de existencia es larga y notable. Sin embargo, sorprende que si este instituto ha ofrecido tantas soluciones concretas a problemas relacionados con el agua en el país, los gobiernos estatales, municipales y la Federación no hayan hecho extensiva la aplicación de dichas tecnologías. Los canales comunicantes entre la generación de ciencia y tecnología y la toma de decisiones, la formulación de programas y su implementación, siguen siendo muy deficientes. El IMTA nació como un organismo desconcentrado, más tarde se convirtió en un organismo público descentralizado y ahora es un centro público de investigación. ¿Qué le impide influir de manera contundente en las decisiones de las políticas públicas nacionales?

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