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200 años y medio ambiente

Julia

 

200 años y medio ambiente

Julia Carabias Lillo  ||  Reforma  ||  18 de septiembre 2010

¿Cómo era la naturaleza mexicana hace 200 años, ocupada por un poco más de 6 millones de habitantes, después de que sus pobladores originales perdieran su patrimonio natural y buena parte de su cultura debido al saqueo de recursos naturales por la ocupación española de casi tres siglos? Una primera respuesta de bote pronto es que las bases del deterioro ambiental estaban ya arraigadas en esa época y que algunas regiones manifestaban los estragos de la sobreexplotación irracional de la riqueza natural.

A principios del siglo XIX, en el norte del país aún se encontraban manadas de bisontes y perritos de las praderas en los pastizales, de berrendos en los desiertos, en las sierras escarpadas el borrego cimarrón y en los bosques templados los osos y el lobo mexicano. En la costa del Golfo de México, desde el sur de Tamaulipas, Veracruz y Tabasco, se ubicaba la selva tropical más húmeda del país, con su exuberante flora y fauna emblemática. Prácticamente todas las montañas estaban cubiertas de bosques, las de mayor altitud de abetos y conforme se desciende de pinos y encinos.

En las frías aguas de las costas de la península de Baja California habitaban decenas de miles de individuos de mamíferos marinos como el lobo fino y el lobo marino, las ballenas, la foca común, la monje y la elefante, y por la parte del Mar de Cortés, además, la vaquita marina. En las cálidas aguas del Caribe mexicano, así como en los sistemas lagunares y bahías, desde Veracruz hasta Quintana Roo, incluidos cenotes y caletas, abundaban decenas de miles de manatíes, extraño mamífero marino que puede alcanzar hasta 900 kilos.

A pesar de la abundante biodiversidad existente en los ecosistemas mexicanos, que maravilló a visitantes naturalistas de la época como fue el caso de Humboldt, hacia 1810 ya asomaban los estragos del uso irracional de los recursos naturales. Los españoles introdujeron al territorio mexicano muchas especies y sistemas productivos que transformaron el paisaje de varias regiones; los más importantes fueron los monocultivos de trigo, caña de azúcar y café y la ganadería extensiva. El uso del arado modificó los sistemas tradicionales de policultivos y favoreció la erosión de los suelos. El ganado vacuno se reprodujo con éxito en el territorio nacional; primero en los extensos pastizales naturales y en los desiertos desplazando a la fauna nativa, y después en los terrenos de las selvas. La caprinocultura estaba establecida en las tierras secas de Oaxaca y Guerrero y es la responsable de la dramática erosión de la mixteca oaxaqueña, que aún perdura hasta nuestros días.

Las selvas húmedas también fueron eliminándose por la expansión del monocultivo de la caña de azúcar, y los bosques mesófilos por el del café; mientras que buena parte de las selvas secas de Yucatán se sustituyeron por el cultivo del henequén.

El cultivo del maíz, base de la alimentación de los habitantes locales, fue desplazado de las mejores tierras para dar paso al trigo, y tuvo que ubicarse, junto con los indígenas, en las laderas con pendiente a costa de los bosques, provocando erosión y miseria.

En la época de la Independencia el Bajío era una zona agrícola de gran productividad que funcionaba como granero de la región centro. En las zonas bajas y cálidas, como Cuautla y el valle de Cuernavaca, se establecieron los plantíos de caña de azúcar, al igual que en la vertiente del Golfo y del Pacífico.

La descomunal explotación de maderas preciosas, muy apreciadas y demandadas en Europa, saqueó las selvas de Veracruz y Campeche desde finales del siglo XVIII.

Sin embargo, la actividad productiva más importante de la colonia fue la minería. Destacaban las minas de Taxco, Zumpango, Zacatecas, Guanajuato, Real del Monte y Pachuca. El desarrollo de la minería requirió una gran cantidad de combustible proveniente de la madera, lo cual llevó a la deforestación de muchas áreas boscosas de los alrededores de estas ciudades, presión que se aunó a la demanda de madera para la construcción.

Por influencia de Humboldt se protegieron bajo la figura de Bosque Vedado dos predios cercanos a zonas mineras, Real del Monte y Atotonilco el Chico, los cuales se sumaron al único decreto existente desde 1530, el del Bosque de Chapultepec.

Los desmontes con fuego, el monocultivo con arado, la ganadería extensiva, el fuego en la zafra son las causas de la deforestación y la erosión del país, desde entonces y hasta nuestros días; es el legado de los 300 años de ocupación española. La Independencia no cambió estos patrones de explotación. Se mantuvieron las haciendas y los ranchos acaparando las mejores tierras, prevalecieron las desigualdades en la tenencia de la tierra y la explotación desmedida de la fauna, que llevó, hasta casi la extinción, a toda la fauna emblemática descrita anteriormente. En materia ambiental 200 años no han sido suficientes para asimilar las lecciones y transformar, de una vez y para siempre, los patrones de la degradación de la naturaleza.

 

 

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